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El almuerzo con Dios Un niño pequeño que quería conocer a Dios. El sabía que era un largo viaje a donde vivía Dios, por lo que su maleta con Twinkies y un paquete de seis de cerveza de raíz y comenzó su viaje. Cuando se fue alrededor de tres bloques, se encontró con una anciana. Estaba sentada en el parque mirando fijamente algunas palomas. El niño se sentó junto a ella y abrió su maleta. Estaba a punto de tomar un trago de su oso de la raíz cuando se dio cuenta de que la anciana parecía hambriento, así que le ofreció un Twinkie. Ella aceptó con agradecimiento y le sonrió. Su sonrisa era tan bonito que el niño quería verla de nuevo, por lo que le ofreció una cerveza de raíz. Una vez más, ella le sonrió y el niño estaba encantado! Se sentaron allí toda la tarde comiendo y sonriendo, pero nunca dijeron una palabra. A medida que oscurecía, el niño se dio cuenta de lo cansado que estaba y se levantó para irse, pero antes de que él había ido más de unos pocos pasos, se dio la vuelta, corrió hacia la anciana, y le dio un abrazo. Ella le dio la sonrisa más grande que nunca. Cuando el niño abrió la puerta de su propia casa un poco más tarde, su madre le sorprendió la mirada de alegría en su rostro. Ella le preguntó, Mientras tanto, la anciana, también radiante de alegría, volvió a su casa. Su hijo fue sorprendido por el aspecto de la paz en su cara y le preguntó: 7 º de febrero de 2009 | Categoría: Historias Metáforas | los comentarios están cerrados Los comentarios están cerrados.